En el mercado pueden encontrarse múltiples formas de obtener agua caliente para el hogar, pero no todas están pensadas para las mismas necesidades o circunstancias. En este sentido, los termos eléctricos constituyen una alternativa consolidada a las convencionales calderas de condensación con precios más reducidos, pero no es esa la única característica que los define. Analizamos sus fortalezas y debilidades para acotar cuáles son sus usos más recomendados.
Instalación y mantenimiento sencillos
El termo es una elección habitual para viviendas que carecen de una instalación previa de gas, como sucede en casas emplazadas en lugares aislados. En estos casos colocar un termo eléctrico es considerablemente más sencillo y permite no depender de los suministros de gas, ya sea canalizado o en bombona, así como reducir las necesidades de mantenimiento. Además, tampoco depende para su funcionamiento de alcanzar un mínimo caudal del agua, como sí lo hacen por ejemplo los calentadores a gas.
Capacidad limitada
El principal inconveniente del termo eléctrico es que permite disponer de agua caliente solo por un intervalo limitado, dado que el método de calentar el agua mediante una resistencia eléctrica no ofrece la instantaneidad de los equipos a gas. Así, una vez que comience a agotarse la reserva el depósito se irá llenando de agua fría y habrá que esperar un tiempo para que esta se caliente. Eso sí, cuando el depósito esté listo podremos disfrutar del agua caliente inmediatamente al abrir el grifo.
Por ello, el uso del termo puede resultar incómodo en una vivienda en la que quieran ducharse varias personas a la misma hora, si bien este problema se puede reducir en parte invirtiendo en uno de los termos más voluminosos que hay en el mercado, alcanzando los 300 litros de capacidad.
Coste reducido
Los termos tienen de media un precio de venta sensiblemente inferior al de las calderas y los calentadores. Además, en el catálogo de ServClimat podrás comprobar cómo el precio va de la mano de su capacidad, lo que permite ajustar el desembolso a realizar a las necesidades reales de la vivienda: si no necesitas un depósito demasiado grande, tu termo será realmente económico.
Alto consumo
Cabe no olvidar que el gasto eléctrico que genera un equipo de estas características resulta más caro en comparación con el consumo de un equipo de gas. Así, se trata de poner en una balanza el consumo que planees realizar frente a los costes de instalación de unas y otras opciones, sin dejar de sopesar las distintas comodidades que cada una de ellas ofrece de acuerdo con tu casuística.